Entrevista
Jesús Resa, hermano mayor de los Estudiantes: «La suspensión de las elecciones movió los cimientos de la hermandad»
La corporación del Martes Santo acaba de inaugurar su nueva casa hermandad en las dependencias universitarias que hay frente a su capilla
Los Estudiantes estrena nueva casa hermandad en el Rectorado

Jesús Resa Rodríguez es hermano mayor de los Estudiantes en tiempo de descuento, hablando en argot futbolístico. Su junta de gobierno ya prorrogó el mandato para dedicarse a los actos y cultos del centenario fundacional que se cumplió el año pasado, y ha tenido ... que alargarlo aún más después de que se anularan las elecciones convocadas para diciembre y se dejaran para después de Semana Santa.
El todavía hermano mayor atiende a ABC en la recién inaugurada casa hermandad dentro del edificio del Rectorado de la Universidad para hacer balance del extraordinario año vivido en 2024 por su corporación y para hablar sobre diversas cuestiones, como la finalización del paso del Cristo de la Buena Muerte o los continuos cambios en la configuración del Martes Santo.
―La hermandad de los Estudiantes afronta un año mucho más tranquilo después de la celebración del centenario fundacional, que dejó estampas históricas y momentos singulares.
―Sí, estamos muy satisfechos. Con el quinario en la Catedral recordamos momentos pasados de hace cincuenta años. Además, con la gentileza del Cabildo de cedernos el trascoro de la Catedral, que es donde realizábamos los cultos durante los años setenta y ochenta. Recuperar ese espacio fue emotivo para muchos hermanos. Después, el triduo en nuestra casa fundacional también fue volver a otra época. Quiero dar las gracias a la hermandad del Valle, que nos ayudó un montón, y compartimos las dos corporaciones momentos muy emocionantes. Las nuevas generaciones que no conocimos a la hermandad en la Anunciación pudimos vivirlo por una vez. La guinda del pastel fue la salida extraordinaria, que también fue muy emotiva y la disfrutamos mucho todos.
―Estamos a las puertas de una nueva Cuaresma que le coge como hermano mayor en prórroga.
―Sí, me coge inesperadamente en prórroga. Esta junta de gobierno ya estaba prorrogada precisamente por los actos del centenario, y por los motivos que todos conocéis, unas elecciones fallidas, nos han vuelto a prorrogar. Son cosas que pasan, no está en la voluntad de nadie. Por responsabilidad, se ha asumido y lo agradezco muy especialmente a mi junta de gobierno porque es un sobreesfuerzo importante. Intentaremos hacerlo lo mejor posible y que se desarrolle el nuevo proceso electoral en cuanto pase la Semana Santa para que haya una nueva junta lo antes posible.
―¿Por qué se suspendieron las elecciones y qué ambiente generó dicha decisión en la hermandad cuando además concurrían dos candidaturas?
―Se movieron un poco los cimientos de la hermandad durante unos días, pero las cosas son como son. Nos debemos a una normativa y una autoridad, y la junta de gobierno siguió en todo momento lo que nos había indicado la autoridad eclesiástica. Personalmente, pienso que tampoco se ha abierto la tierra y ha desaparecido la hermandad, sino que simplemente se han pospuesto unos meses las elecciones, que se acabarán celebrando. Quizá el mayor esfuerzo sea para la junta y este hermano mayor, que hemos tenido que seguir en el puesto sin tenerlo previsto.
―El pasado 6 de febrero se inauguró la casa hermandad en la que ahora mismo nos encontramos, sin duda todo un hito en la historia reciente de la hermandad.
―Sí, se abre una nueva etapa en la vida de la hermandad. Yo, cada vez que puedo, le digo al rector de la Universidad de Sevilla que no tengo palabras para agradecerle su predisposición siempre con la hermandad. Esto es fruto de una buena relación durante años, de un reconocimiento a la labor de la hermandad. Todo ello fue coronado tras la función del centenario, el 17 de noviembre, con la firma de un convenio muy importante para la hermandad, porque hasta entonces no teníamos reconocida oficialmente la pertenencia a la Universidad. El cambio de casa hermandad se viene fraguando desde hace tiempo. Se ha podido realizar ahora porque la Universidad está inmersa en una serie de reformas en la antigua fábrica de tabacos. Ha llegado el momento, ha sido una carrera de velocidad el cambio para dejar libre las antiguas dependencias, que se van a emplear para el nuevo museo universitario. Nos hemos venido a esta zona, más cerca de la capilla, en un entorno muy bonito, las antiguas dependencias del ingeniero de la casa, con unas instalaciones importantes y un patio precioso.
―Desde estas dependencias llegó a formar la cofradía durante los años en los que salía desde la capilla universitaria. La logística de una hermandad que ha crecido tanto y tiene actualmente un cortejo tan numeroso es bien diferente y da buena muestra de su evolución.
―Sí. Nosotros, cuando nos trasladamos aquí en el año 1966, sacábamos unos 350 o 400 hermanos en el cortejo. A mí me cuentan que en el año 1978, la junta de gobierno celebró dar 500 papeletas (sin contar costaleros, monaguillos, acólitos, etc.). El año pasado, creo que fueron 2.300 o 2.400 papeletas las que se repartieron. La cofradía empezó a salir de la capilla, pero no cabía allí, aunque fuéramos muchos menos de los que somos ahora, y en estos patios en los que está ahora la casa hermandad se formaba el cuerpo de nazarenos del Cristo. Esto ocurrió hasta 1971, cuando el hermano mayor Ricardo Mena propuso a la Universidad salir desde el edificio principal, el Rectorado. A nosotros, estar aquí no nos va a cambiar mucho la salida, lo seguiremos haciendo como siempre. Sólo cambiará un poco la logística.
―Uno de los proyectos en los que está inmersa la hermandad es la renovación del paso del Cristo de la Buena Muerte. ¿Cómo van los trabajos y cuándo se estrenará al completo?
―Siguen su ritmo. El hombre propone y Dios dispone. Es un proyecto importante y en estas cosas la hermandad no ha sido nunca de correr, ni esto es proyecto de una persona o una junta, sino un proyecto de hermandad. Intentaremos adelantarlo lo máximo posible, pero sin correr. Si no está para este año, estará para el que viene. Presentamos en la exposición del año pasado el frontal para que los hermanos se hicieran una idea de cómo va a ser el paso, y seguimos en ello. Lleva el trabajo de varios artistas: carpintería, orfebrería, fundidores de bronce... Podría estar para la Semana Santa de este año, pero no te lo puedo decir. Estamos en manos de los artistas y de que se hagan las cosas bien. Si no llegamos, será el año que viene, que tampoco es mala fecha. En 1926 se realizó la primera estación de penitencia, y cien años después podría estrenarse el nuevo paso después de un siglo con el antiguo, el paso provisional que más tiempo ha durado en la historia.
«Si el nuevo paso del Cristo no está para este año, estará para el que viene; la hermandad no ha sido nunca de correr»
Jesús Resa Rodríguez
Hermano mayor de los Estudiantes
―Este año, el Martes Santo repetirá la configuración que se aprobó para 2024, ya que hubo tres cofradías, entre ellas la suya, que no pudieron realizar estación de penitencia.
―Sí, los hermanos mayores firmamos hace dos años un acuerdo para hacer dos pruebas en dos años consecutivos. Una, en la que fundamentalmente la hermandad del Cerro del Águila tiraba por el centro a la vuelta para evitar el cruce en la Puerta de Jerez; y la otra, adelantando en la nómina a San Benito. El año pasado no se pudo realizar completa porque las tres hermandades de negro no salimos, y se va a repetir. Yo soy partidario de la primera prueba, que creo que funcionó bien. La segunda tiene más dificultades, pero había el compromiso de probar las dos propuestas al completo y queda la segunda. Yo soy un convencido, después de tantas pruebas que hemos hecho, de que el compromiso de las hermandades es fundamental en cualquier variación que haya. Si hay responsabilidad y voluntad de hacer el esfuerzo, los horarios suelen cumplirse y las cosas salen bien.
―El Martes Santo ha sido la jornada más concienciada en poner arreglo al día cambiando de modelo cada año desde hace unos cuantos.
Sí, siempre se ha puesto voluntad, nos gustasen o no las propuestas. Yo que estoy ya en salida, después de tantas pruebas, creo que debemos pensar más en los hermanos que salen. La mayoría, lo que quieren es hacer la estación de penitencia andando, sin parones, y si le cambian una calle o el horario, mientras la estación de penitencia se haga bien, no pone pegas. Hay que echar abajo diferentes murallas que tenemos construidas algunas hermandades. No es fundamental una calle o un puesto, sino que el día vaya bien. La estación de penitencia no puede ser una tortura. Los hermanos deben poder tener la tranquilidad para rezar, mirar hacia dentro, ponerse en manos del Señor y pedir por lo que tengan que pedir.
―¿Siente que la hermandad está cómoda con la posición al final de la jornada en la que parece ya haberse asentado en los últimos años?
―Esto es como todo: hay hermanos que preferían la otra hora, y hermanos que prefieren esta. Que el cien por cien esté de acuerdo es imposible. Cuando salíamos a las cuatro de la tarde a la calle San Fernando con el calor, el asfalto casi derretido y la túnica negra de ruan, era muy duro. A los hermanos más mayores les quitaba las ganas de salir de nazareno. Nos hemos ido más para atrás en un horario de salida más adecuado para una hermandad de nuestro perfil. Nosotros tenemos el hándicap de que hacemos una doble entrada, en el Rectorado primero y después con los pasos en la capilla, por lo que se nos hace un poco tarde. Pero el hermano puede llegar a su casa, comer algo, descansar y vestirse de nazareno para salir en la cofradía. Parece que el sentir general es que los horarios actuales son más adecuados que de los anteriores. Pero para gustos, colores. Hay de todo.
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